Nostalgias...

Todos los dÍas terminan con un sentimiento. Hoy, salvo que ocurra otra cosa que me modifique, terminará con una gran nostalgia. Causa: hace un rato tuve una entrevista con una historiadora de mi ciudad. El tema a tratar: Juan B. Istilart Ltda. El tema es el siguiente: esta empresa, fundada por un visionario y soñador frances, nació hace 106 años, siendo un pequeño taller, pero en la decada de los 40 llego a tener casi 1,200 empleados y obreros y de que sus talleres y oficinas ocuparan cinco manzanas (hay que tener en cuenta que Tres Arroyos es una ciudad alejada del los centros industriales tradicionales Argentinos, y que apenas tiene 60 mil habitantes en estos días) . Actualmente, y después de casi desaparecer, ocupa un galpón de 500 metros cuadrados, y cuenta con alrededor de 30 obreros. El escuchar las palabras de esta mujer me hicieron revivir una historia que parecia sacada de una película, de una ciudad donde todo se hacía pensando en que Tres Arroyos seria una gran metrópoli, comparable con cualquier otra.
Tantos sueños olvidados, esperanzas destruidas de las que solo quedan paredes a medio voltear, esos son vestigios de una argentina que fue.

Pero por sobre toda la nostalgia, me quedo con una de las frases que dijo nuestra entrevistada:

"SI VIMOS QUE FUE POSIBLE CONCRETAR TODOS ESOS SUEÑOS, PODEMOS ESTAR SEGUROS QUE SE PUEDEN VOLVER A HACER REALIDAD [...] DEBEMOS CONSTRUIR SOBRE LAS RUINAS"