miércoles, febrero 20, 2013




Dichoso el hombre que se reconoce enamorado.
Dichoso aquel a quien la voz le tiembla,
le palpita estrepitosamente el pecho,
los días se le vuelan,
la sonrisa no se le borra.

Que se alegren las baldosas que él ha de pisar;
nunca sentirán el peso de alguien tan engrandecido
y a la vez tan liviano.
Saluden las flores desde los puestos callejeros
y que se callen las noticias de los matutinos.

Cuando pasa un hombre enamorado
el silencio hace bailar a las penas.

Dichoso de él.

Pero mayor sea la dicha
de aquella que lo hace levitar.
Dichosa su piel que alegra el tacto,
sus ojos, que inflan al pequeño
para enfrentarse al gigante. 

Dichoso el amor
que se escapa 
esperando ser alcanzado.

miércoles, julio 01, 2009




Vaivenes de un tren descarrilado

que toma por Avenida Callao

y a charlar se detiene

con el quiosquero de la esquina,

de ese barrio con tantos grises,

y transeúntes que usan

sombreros repletos de flores,

pañuelo en bolsillo del traje rayado

y esposa bien adornada

colgada del brazo igual que el bastón;

Poseedor esa cúpula,

que tan vistosa queda,

casa de palomas y sueños de poetas

que tocan el cielo con cada nuevo amor

con sus tejuelas de acero

llenando la calle de reflejos

que encandilan a los que pasan

idiotizándolos

los obliga
a subir

al vagón azulado

confundido desde siempre con el cielo,

y el saludo al mandamás

que ya no los quiere por pecadores.

El murmullo de la gente que entra,

marca sus boletos

y se ubica en su lugar

charlando con el desconocido compañero

que hoy toca de amigo

por el solo hecho

del azar de quien reparte los lugares

les hace sentir a la muerte más cercana,

abrazándolos
en cada palabra lanzada al viento

en cada llanto de enamorada que debe partir.

Un hombre gentil que se acerca

ofreciendo pastillas de naftalina para el aliento

y se saca el barbijo al saludar

mire usted señor, dice sin abrir la boca,

mire que se puede contagiar.

El tren arranca nuevamente

en vez de pitar: suena una de Gardel

con el bandoneón de Troilo y la cara de Perón

mi general, ¡que grande sos!

por la ventanilla Evita saluda

abrazada de La Süller by Soldán

y un par de compatriotas más

derrochando alegría a santiamén

regando los adoquines grises

hasta convertir la calle en río

y el río en mar

color marrón, marrón.

No se asuste compadre,

¡este no es el tren de la alegría!

solo un loco sueño de algún taxista

que dormido se quedó y a punto de chocar está.








Corrigió: Srita Noctambula


martes, mayo 05, 2009


Poesia circular
Pez espada
Puedo verla de perfil
Ondulandose en el mar






domingo, mayo 03, 2009

Mar

sábado, marzo 21, 2009



Un pequeño apunte desde la superficie de la tierra







Desde pequeño soñé con letras, soñé canciones y emociones. Cuando no sabia escribir, escribía sin sentido, volaba, cantaba, y movía a soldados y vacas con algún juego de granja que todavía no me acuerdo quien me regalo. Hoy preferiría usar la Royal que quedo de ese hombre que siempre en mi familia nos dignamos de llamar abuelo, quizás porque el se gano ese titulo casándose con mi abuela (cansándose capaz) y teniendo un rol paternalista con todos nosotros, aunque yo no lo conocí, murió una semana antes de mi nacimiento, pero a veces hasta dejando de lado a mi verdadero abuelo, ese ser que lo prefiero creer inentendido por el resto, que juntaba tornillos y todo lo que viera en la calle para seleccionarlo y guardarlo en una gran cajonera al estilo de las de las ferreterías que tiene en el lavadero de su casa. Creo que fue el que me dio el gusto por mirar aviones, aunque creo que nunca vimos uno juntos, pero mi memoria me dice que fue el quien estuvo en la escuela de mecánica de la armada, de el era ese avión de fundición, trofeo de algún merito que nunca me explicaron porque claro, nadie se acordaba. Si, ahora que lo pienso dos veces, era el y sus revistas viejas, llenas de publicidades inentendibles sobre repuestos de aeronaves, accesorios y todo para el aeronauta y era el que nos hacia pasar por ese Mirage que estaba en la entrada de un edificio en algún lado de la provincia de buenos aires.

Como verán mi memoria no es de las mejores, sin embargo esta llena de recuerdos que por algún lado tienen que salir. Hoy le toco a Elsi. Perdón, no lo presente, mi abuelo, Elsi Binaghi. Mi duda sobre su nombre alguna vez me la curo mi mamá, su hija, pues si, Elsi es un nombre a pesar de que no suene como tal y es de hombre. No imaginaria a Elsi si lo conociera con bigote y esa pelada llena de manchas que tiene coronándolo. De chico me buscaba por la casa, se la lustraba y me mostraba como brillaba. Como olvidarme de esa casa, siempre llena de cosas por descubrir, los discos, el olor, y la luz tenue entrando por la ventana del living que nunca se llenaba. El ruido del cuero de los sillones bajos, las flores de tela y plástico, con colores fosforescentes y el mueble lleno de tazas, platos, y cosas de colección, todas ellas sin importancia al lado del Citroën 3cv, modelo 28 en escala. Celeste, el Citroën celeste. Un Winco en la punta, nunca lo escuche sonar más allá de algún golpecito que le dábamos con mi hermana. El cuarto enorme donde guardaba de todo un poco, con la caja fuerte que en plena travesura trabe con toda la colección de estampillas adentro. Y si, no puedo dejar de leer los cuentos de Cortazar sin imaginar que ocurren en su patio, porque lleno de verde, gnomos y colores, era para mi una aventura que se daba pocas veces por año.

Ahora todo me parece chico y triste, las cosas viejas son solo viejas y no tienen la magia que me deslumbraba de niño. No es que Elsi ya no tenga ganas, ni que su calva se haya quedado ya sin brillo, creo que soy yo que crecí, que ahora me dicen adulto, grande, responsable y todo eso me llena de miedo. Por ahí también que ahora soy yo al que insipientemente le empieza a desaparecer el pelo de la cabeza, pero los ojos son los mismos, los míos y los de el, por eso siempre que veo que un avión, sonrió al cielo y me nace una sonrisa.






.·*

sábado, febrero 21, 2009

Bienvenido amigo a mi tierra
Que canta entre llantos
De poco agua y mucha arena
Recorra los surcos que dejan los arroyos
Y el borde cambiante del mar
Animese a adentrarse
En sus dunas bailarinas,
En sus montes extranjeros
Dejese contagiar
Por el sol que cubre cada centímetro
De tierra negra y fértil
Bienvenido amigo a mi tierra
Que tanto a usted lo esperaba
Paseese por los campos de trigo
Y derroche su alegría
Porque le aseguro que no querrá volverse
Sin una sonrisa.








lunes, febrero 02, 2009




Explotó en risas y colores a la luz del sol








Se corta el flequillo con cuidado, lo acomoda, de acá para allá y de allá para acá. Realmente no es que le moleste, que le disguste ni nada por el estilo. Solo el hecho de jugar con la tijera la divierte. Podría (¿debería?) estar haciendo mil cosas mas importantes, mujer de veintipocos años pero muchas obligaciones modernas y maduras, pero se escapo por abajo de los brazos de la responsabilidad (¿obligación?) para enfrentarse solo con ella misma, vidrio de por medio, en esta fría competencia. No cree que la que esta del otro lado sea su reflejo, mas bien la ve como a una retadora, competidora de la mas baja reputación, llena de odio y fieles reproducciones de sus sonrisas coquetas solo con el fin de confundir y lograr un penoso empate. La disputa se desarrolla entre la letra de una canción de radio, cantada a los gritos a la vez que, con un ojo cerrado y el otro abierto, da los golpes decisivos, los cortes cruciales, que de izquierda a derecha seccionan y definen la forma de ese rubio tamiz. Mas tarde va a agarrar su cartera amarilla de niña y sus ojos van a brillar al compás del sol y de la ciudad que no para ni siquiera para verla pero que, con una orquesta de mil bocinazos y millones de otros ruidos (martillazos, gritos, frenadas, golpes y mucha urbe en movimiento) compondrá una sinfonía dedicada a cada uno de sus pasos. Pero lo mas importante es que va a intentar ubicar a cada transeúnte entre los huecos que previamente corto, dio forma, modelo y todo lo que solo un artesano puede hacer, en su flequillo de trigo y oro.











.*

lunes, enero 19, 2009


Misión Añatuya 2009








Soñar, cerrar los ojos y volar
en ese mar de ilusiones
que todas las noches toma rienda suelta
entre la almohada y tu cabeza
Ser capitán en océanos infinitos,
rubia en Nueva York,
ser todas esas cosas
que tu mirada nunca vió


.·*



miércoles, diciembre 31, 2008





.·*

volvés
con la sonrisa latente
y los pies dispuestos
como quien llega
luego de un largo viaje
me miras
desde lejos
resumiendo el tiempo ausente
a solamente unos pasos
y un abrazo interminable
el tiempo es lo de menos
porque ya lo dominamos.

.·*

ahora, hoy
solo importa hoy
cuando se incendien los gigantes
y exploten los cielos
quiero verte quietita
vestida de amor
sentada en el borde
de mi vereda.

.·*



sábado, diciembre 27, 2008





Debout les morts!






y los muertos
se pusieron de pie
llenos de energía
de vida
colocaron sonrisas
en el sol
alzaron sus banderas
y corrieron
como amantes desesperados
por el campo de batalla
destruyeron enemigos
miedos y temores
cantaron victorias
lloraron a los caídos
siempre con la esperanza a flor de piel
ahora es momento de volver
a las tierras abandonadas
a construir
sobre las ruinas
de un pasado doloroso
llenar de colores los cielos
y las paredes de sueños
cambiarle la cara al presente
cantando amores
en la esquina de todos los barrios







.·*