sábado, febrero 21, 2009

Bienvenido amigo a mi tierra
Que canta entre llantos
De poco agua y mucha arena
Recorra los surcos que dejan los arroyos
Y el borde cambiante del mar
Animese a adentrarse
En sus dunas bailarinas,
En sus montes extranjeros
Dejese contagiar
Por el sol que cubre cada centímetro
De tierra negra y fértil
Bienvenido amigo a mi tierra
Que tanto a usted lo esperaba
Paseese por los campos de trigo
Y derroche su alegría
Porque le aseguro que no querrá volverse
Sin una sonrisa.








lunes, febrero 02, 2009




Explotó en risas y colores a la luz del sol








Se corta el flequillo con cuidado, lo acomoda, de acá para allá y de allá para acá. Realmente no es que le moleste, que le disguste ni nada por el estilo. Solo el hecho de jugar con la tijera la divierte. Podría (¿debería?) estar haciendo mil cosas mas importantes, mujer de veintipocos años pero muchas obligaciones modernas y maduras, pero se escapo por abajo de los brazos de la responsabilidad (¿obligación?) para enfrentarse solo con ella misma, vidrio de por medio, en esta fría competencia. No cree que la que esta del otro lado sea su reflejo, mas bien la ve como a una retadora, competidora de la mas baja reputación, llena de odio y fieles reproducciones de sus sonrisas coquetas solo con el fin de confundir y lograr un penoso empate. La disputa se desarrolla entre la letra de una canción de radio, cantada a los gritos a la vez que, con un ojo cerrado y el otro abierto, da los golpes decisivos, los cortes cruciales, que de izquierda a derecha seccionan y definen la forma de ese rubio tamiz. Mas tarde va a agarrar su cartera amarilla de niña y sus ojos van a brillar al compás del sol y de la ciudad que no para ni siquiera para verla pero que, con una orquesta de mil bocinazos y millones de otros ruidos (martillazos, gritos, frenadas, golpes y mucha urbe en movimiento) compondrá una sinfonía dedicada a cada uno de sus pasos. Pero lo mas importante es que va a intentar ubicar a cada transeúnte entre los huecos que previamente corto, dio forma, modelo y todo lo que solo un artesano puede hacer, en su flequillo de trigo y oro.











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