jueves, mayo 29, 2008











El asiento naranja
Me mirás

La impaciencia en el aire
Tu pelo tan negro

El sol por la ventana
No dejas de mirarme

Las sombras duras de la mañana
Tus ojos celestes

El motor en marcha
Las casualidades anteriores

La barrera baja
Tu sonrisa

El tren que no pasa
Algo buscas

Las bufandas que caminan
Quiero poder decirte algo

Cierro los ojos
Arranca el colectivo

Imagino que charlamos
Sentados

Mirando al río.













No olvidar que---------

lunes, mayo 19, 2008

Cosas que quiza puedan pasar en Alberdi y Pringles










Tengo ganas de verme

de encontrarme en una esquina

que mi cara me resulte conocida

que me llame la atencion mi perfume

mi ropa y mi pelo

¨que pelado¨

pensar en lo hondo

que pinta de boludo

y seguir

no decir mi nombre

ni pronunciar nada

que pueda llamar mi atencion

porque no quiero enfrentarme

a algo que no voy a poder dominar

porque me temblarian las piernas

y mi palabras no se corresponderian

con mis pensamientos

por miedo a descubrir

un rostro oscuro

un alma fria

y muchas pelusas en mis bolsillos

no quiero

no quiero eso

por eso corro

lejos de ahi

lejos de la esquina

y cruzo a la vereda de enfrente

para no verme mas

para llegar a mi casa

entrar

y cerrar con llave la puerta






sábado, mayo 17, 2008

Los boletos se amontonan sin cesar sobre mi escritorio. De aquí para allá anuncian destinos que ya no visito, ramales que no quiero transitar, andenes que antes solía pisar pero que ahora vacíos de mi presencia quedaron. no quiero preguntarme ¿a donde fueron? porque se que ya no existen mas. los colores se dispersaron para formar nuevas constelaciones amarillas, rojas y verdes. No me siento mal, siempre hay lugar en mi repisa para un poco de nostalgia y una foto con vestido naranja.

Hoy es hoy

El presente, gran regalo de los dioses para nosotros. Olvidar todos los problemas del ayer ni planificar futuros lejanos ni cercanos. Liberarse como una paloma en acto de paz, día de independencia, churros y torta fritas. las negras bailan al ritmo de una música incomprensible para los occidentalisimos cerebros de esta ciudad, se pasean con sus cestos de ropa sucia en la cabeza con una felicidad inentendible: ¿sos pobre y feliz? ¡imposible! gritan a coro las voces burguesas. Canta, canta, canta la negra vivaz, canta y mueve como una pluma sus viejas carnes. Pelea contra el destino que te condena, no te dejas convencer negrita pelea


negrita que baila en una pata
no se deja convencer de lo que pasa
esa es su forma
de ganar mil batallas
baila y canta esta canción
negrita que lava ropa sucia
de su Barón patrón
no le importa la situación
cada vez peor
si tiene su canción
¿que importa si yo hoy me muero?
si esta contento mi corazón
y que paso si usted se muere
habrá un gran festejo hoy
negrita que amasa con manos duras
que le sonríe al sol
negrita que amontona las penas
en el único cajón
para dejarlas volar un día
sos amiga de la tierra y la vida
sos amiga de esta canción

lunes, mayo 12, 2008

Ding Dong
(ese estrepitoso ruido de aeropuertos)
pasajeros del vuelo
4567
por favor acercarse
a la puerta nº13
para comenzar el embarque

Nunca até mis cordones por miedo a aque algún día no sepa como desatarlos, a olvidarme del sistema de hábiles enredos que quien sabe el nombre de su autor, esa forma de abrazarse que tienen las sogas y que permite que no se suelten jamas, permanenciendo unidos a envidia de los humanos y sus frágiles relaciones que mas que nudos de cuerda son como esas cosas enceradas que se patinan aceitosamente hasta separarse y caer. Miro el piso. Al lado de mi pie una pelusa se posa con mi zapato. Unos nenes juegan, corren, con lo poco que se puededivertir un infante en una sala de espera. Las luces artificiales, blancas radiantes, pero artificiales siempre prendidas a pesar del terrible sol que dora el horizonte.Mis ojos ya no lloran porque hace rato que no lo hacen pero es inevitable sentir esa tristeza, que desde niño, me causan los viajes solitarios y los atardeceres en las ventanas de las aeronaves.

Estruendo. Aterriza uno de esos armatostes. Mil ventanas, 3 mil cabezas, 6 mil pies, nada interesante. O quizá si. Por ahí justo en el asiento 65, pasillo a la izquierda, lejos del ala, cerca de la cola, donde todo se hace cada vez mas fino en los aviones de cabotaje, con la cabeza apoyada en el vidrio, va sentada una mujer, que mas que mujer es joven y muchacha, piel que no es blanca ni negra, ojos que no son ojos y un pequeño sentimiento naciendo de un lugar que ni ella misma conocía, de que hay un hombre que mas que hombre es joven, con pelo de dudosa existencia, novela de hojas amarillas y rayadas entre las manos y cuatro dolares en la billetera, que mira sus zapatos y a su vez mira los cordones, que algunos osan en llamar agujetas, y piensa en la joven muchacha que lo esta pensando. Y la idea los une como a nadie, y el amor los fusiona como si verdaderamente fueran uno. No saben su fecha de cumpleaños, ni su color de ojos. No conocen lo que leen, ni a los que al otro rodean. Pueden sentir sus aromas, pero nunca sabran sus nombres. Ellos nacen cada día en cada pensamiento compartido, en cada beso dado a otro y en cada sonrisa a una azafata distinta. Ellos no se conocen, no se van a cruzar hoy ni lo harán en toda su vida, porque ya se besaron en los sueños dormidos y también en los despiertos, porque se abrazan en cada esquina, porque se saludan cada vez que miran al cielo.

Si, puede pasar.



























jueves, mayo 01, 2008

Exit